Biografía:
Q.·. H.·. Pedro Aguirre Cerda
Trazados de la R.·. L.·. Lautaro 197:
La Gran Reunión Americana, Miranda, O’Higgins y las Logias Lautarinas
Laicismo:
El Estado debe ser Laico
Principios:
Principios de la Institución Masónica
Minuto Masónico:
Los Principios Fundamentales de la Francasonería
NUESTRO VISITADOR
Q.·. H.·. TOMÁS IGNACIO POTENTINI
Nació en Píritu el 17 de mayo de 1859 y murió en Puerto la Cruz el 30 de julio de 1908, fue periodista, poeta y un gran político; fue diputado al Congreso Nacional, Secretario de Gobierno en Miranda y Zulia; también fue un gran músico.
Mason Grado 30 – Gran Elegido Caballero Kadosch
Bolívar
Cuentan que tuvo en su faz
lo que salva, y lo que aterra:
rayo de muerte en la guerra
y arco iris en la paz.
Cuando creyeron quizás
que se cansaba su brazo
hizo en la América un trazo
y volando, casi loco
con las aguas del Orinoco
fué a regar el Chimborazo.
Y si prueban su pujanza
los infortunios mayores,
Páez le presta los fulgores
de su poderosa lanza.
Todo se enciende y avanza
al conjuro de su acento;
estremece el pavimento
con su bridón el Mellao,
y aquel sol de Niquitao
no cabe en el firmamento.
.·.
Un hecho curioso: si le quitamos 200 años a la fecha de nacimiento de Bolívar, él tendría 28 años y le faltaría aproximadamente un año y medio nada más para escribir el Manifiesto de Cartagena.
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ANÉCDOTA
La sospechosa lechosa
Estamos en Caracas, a finales del siglo XIX, más precisamente en 1878. El presidente Francisco Linares Alcántara estaba en La Guaira temperando. Linares Alcántara era un presidente (1877-1879) condescendiente en muchas cosas, y comenzó una apertura en la política, después de la gestión de su protector el general Antonio Guzmán Blanco.
El día 21 de noviembre había llegado a La Guaira. Nueve días después, el 30, comió una generosa porción de lechosa. Al rato empezó a quejarse de un malestar. Lo atendieron los médicos, pero nada pudieron hacer: su paciente, el Presidente de la República de Venezuela, falleció ese mismo día. A partir de allí, la gente comenzó a hablar mal de la lechosa, considerada hasta entonces una fruta muy digestiva. Ahora, era denostada.
El poeta Tomás Ignacio Potentini escribió sobre ese fatal incidente una sátira en verso:
“Madre, ¿qué fruta me das?
Toma, mi adorada niña,
nísperos, mango o piña.
Quiero lechosa.
Jamás, hija, pues recordarás,
que Alcántara estaba bueno,
comió y murió, y el galeno
que tales nuevas nos trajo,
repetía por lo bajo
que la lechosa es veneno”.
Más tarde se reveló la causa real de su muerte. Aquejado de una fuerte bronquitis, que se agravó al comer lechosa durante la madrugada. Su cadáver fue momificado por el doctor alemán Gottfried Knoche, conocido por la gente como el doctor Kanoche.
Antonio Vivaldi:
Sonata el Re menor para dos violines y bajo continuo
(La Folia)
Orquesta de Música de Cámara del Centro Lincoln
Colección del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston
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R.·. L.·. Lautaro Nº 197, Or.·. de Caracas, Venezuela.
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