Año 6, número 1: enero 2015 (e.·. v.·.)

Mensaje de inicio de año del V.·. M.·. Rafael Valencia Valencia
.·.

BIOGRAFÍAS MASÓNICAS:
Q.·. H.·. Sir Christopher Wren

TRAZADOS DE LA R.·. L.·. LAUTARO 197:
El Símbolo como elemento de unidad masónica
Q.·. H.·. Mario Santibañez

LAICISMO:
El Masón, ejemplo de Laicismo

PRINCIPIOS:
La Fraternidad de un masón

MINUTO MASÓNICO:
Masonería, la vanguardia de las libertades

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
2015-1: ¿De dónde surge ese odio que existe hacia lo que significa la masonería?


 

wc-handyNUESTRO VISITADOR

Q.·. H.·. William Christopher Handy
Miembro de la Logia Prince Hall Hiram N° 4 de Nueva York
Conocido como el «Padre del Blues»

Hace ya bastantes años que un buen amigo mío estudioso de la filosofía me dijo: “¡Ojo! Que algunas veces una autobiografía se puede convertir en una especie de ucronía”. Yo desconocía el significado del término y él me explicó que la ucronía es un género literario en el que la trama se basa en algún acontecimiento histórico que sucedió de forma diferente a como realmente ocurrió.

Este artículo, que en este momento estoy empezando a escribir, está basado, casi en su totalidad, en la autobiografía de W. C. Handy y que lleva por título: “Father of the Blues”. Publicado por primera vez por Macmillan – USA – 1941.

William Christopher Handy nació en Florence, Alabama el 16 de noviembre de 1873 en el seno de una familia con una larga tradición evangelizadora. Tanto su abuelo William Wise como su padre Charles B. fueron pastores metodistas.

Sin embargo, William Christopher, desde muy niño, tuvo a la música metida en la sangre. El primer instrumento que eligió fue la guitarra, pero su padre no le permitió tocarla ya que la consideraba un “ingenio” del diablo. No tuvo mayores problemas con el órgano de la iglesia, en la que su padre ejercía como pastor, y a ese instrumento se dedicó en cuerpo y alma. Más adelante aprendió a tocar la corneta y la trompeta. A principios del siglo XX, W. C. Handy lideró una banda estable en la ciudad de Clarksdale, Mississippi. Los políticos fueron, desde el principio, uno de los colectivos que más trabajo daba a las bandas, sobre todo en época de elecciones. Las melodías que éstas interpretaban eran, entre otras, Dixie, Night bird’s cooing, Song that reached my heart o Gwine back to Dixie. Entre canción y canción, los componentes de estas bandas escuchaban discursos como el que Handy transcribe en su biografía:

Señoras y Señores:

Me dirijo a todos ustedes como candidato a gobernador del gran estado de Mississippi. Y les doy mi palabra de honor de que si ustedes me eligen como gobernador, yo no gastaré ni un dólar en educar a los negros.

Ahora les voy a contar porqué yo no gastaré ni un dólar del estado en la educación de los negros; la educación denigra al negro. Déjenme que les demuestre que tengo razón.

Cuando ésta, nuestra gran nación, se rompió por los conflictos y nosotros seguimos a la Confederación, dejamos atrás a nuestras madres, a nuestras hijas, a nuestras esposas y a nuestras viudas, y nosotros las dejamos atrás con nuestros negros, y ellos las protegieron como fieles perros guardianes. ¿Qué clase de negro hizo eso? Un negro sin educación.

Supónganse que volvemos a la guerra, ¿creen que podremos confiar en los negros de hoy? No. Y esta es la razón por la que no me gastaré ni un dólar en la educación de los negros.

Después del discursito, Handy y sus boys interpretaban alegres y contentos, Dixie o Gwine back to Dixie. Aunque cabe la posibilidad, de que todos los músicos, y en su fuero interno, coincidieran en cuál era el sitio idóneo del cuerpo del candidato por donde les habría gustado meter las síncopas que salían de sus instrumentos.

W. C. Handy, en su faceta de compositor, estaba más pendiente de la música que le llegaba procedente de Inglaterra o de Alemania, que de la que se escribía en su país y, desde luego, no estaba nada interesado en la que creaban sus hermanos afroamericanos. Todo ello cambió radicalmente cuando escuchó a un vagabundo negro que tocaba en la estación de trenes de una pequeña ciudad llamada Tutwiler. El mendigo estaba interpretando un sencillo blues, pero Handy se dio perfecta cuenta de que las notas que salían de su garganta y de su guitarra no llevaban un patrón conocido, no estaban estructuradas de una manera clásica, había en ellas algo que no le era familiar, teniendo en cuenta sus cuidados estudios musicales. Se quedó con la melodía y tomó el tren con destino a casa, a Clarksdale.

Nos encontramos en la ciudad de Memphis, Tennesse, en el año 1909, donde, Edward Hull “Boss” Crump – un político que mantuvo en sus manos el poder de la ciudad durante la mitad del siglo pasado – se presentaba por primera vez a alcalde.

Sus contrincantes eran, Mr. Williams y Mr. Talbert, pero Mr. Crump fue el que eligió a Handy y le pidió que, no sólo su banda le acompañara en todos los mítines, sino que, también, compusiera una canción específica para la campaña.

El alcaldable era un moralista que estaba en contra de los lupanares, de los establecimientos que vendían bebidas alcohólicas y de las salas de baile. W. C.

Handy estuvo dudando en qué tipo de atmósfera debería de poseer la canción para que resultara adecuada a la campaña e incluso a la personalidad del Sr. Crump. Después de muchas vueltas decidió que lo principal era que la nueva melodía fuera algo novedoso, algo nunca antes escuchado, por lo que pensó en las extrañas notas interpretadas por aquel pordiosero en la estación de Tutwiler y que él guardaba celosamente en su cerebro.

Desde el momento en que el tema Mr. Crump salió a la calle, su ritmo y su melodía cautivaron a todo aquel que lo escuchaba y el nombre del candidato fue conocido en todos los rincones de la ciudad. Mr. Crump ganó las elecciones.

NOTA
Si habéis escuchado la música de los dos videos de YouTube que os he propuesto os habréis dado cuenta de que lo que suena no es un blues tradicional, por mucho que W. C. Handy titulara su canción “The Memphis Blues”. Seguramente lo que escuchó cantar al vagabundo en la estación de trenes si sería un auténtico blues.
No hay ningún motivo para dudar de que ese encuentro realmente se produjo, pero si no fue así Handy se ha llevado su secreto a la tumba.


Columna de la Armonía
El barroco revive en El Sistema de Orquestas.

 


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R.·. L.·. Lautaro Nº 197, Or.·. de Caracas, Venezuela.
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