El laicismo es el establecimiento por parte de una sociedad de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el desarrollo de la libertad de conciencia. El laicismo defiende el pluralismo ideológico, base de los Derechos Humanos. La protección de ese pluralismo por parte del Estado es la base de un estado laico. El modelo laico distingue entre la esfera de lo público y la esfera de lo privado, permitiendo la doble emancipación del individuo y del Estado. Considera la práctica religiosa perteneciente a la esfera personal de la libertad de conciencia del individuo y dota al estado de protección frente a toda interferencia de instituciones religiosas que impliquen ventajas o privilegios.
Podrían definirse, según los estudios, tres principios fundamentales en el laicismo:
- Para el laicismo la conciencia es naturalmente libre para adherirse a cualquier opción espiritual ya sea creyente, agnóstica o atea; o para cambiar de opción cuando quiera.
- La neutralidad del Estado laico exige que ninguna opción espiritual sea discriminada ni positiva ni negativamente.
- La única razón del Estado laico es la búsqueda del bien común en materia de conciencia y convivencia.
¿Es el laicismo antirreligioso?
Si leyendo lo anterior, se ha reflexionado sobre lo escrito, la contestación es clara: El laicismo no es antirreligioso pues ello iría en contra del principio de libertad de conciencia. Partiendo de que la práctica religiosa en un hecho personal es totalmente compatible que una persona a nivel social defienda el estado laico y a nivel personal practique la espiritualidad como bien lo decida: desde su religiosidad, agnosticismo o ateísmo.