Consecuencia Masónica

Q.·. H.·. Mario Silva P.
Miembro fundador de la
Resp:.Logia “Lautaro” N ° 197
Y ex V:.M:.

1.- INTRODUCCIÓN

El tema Consecuencia Masónica, necesariamente debe ser analizado y meditado profundamente, ya que involucra una actitud y comportamiento del Masón, frente a sí mismo, a sus semejantes y a la sociedad toda.

La consecuencia masónica tiene que evaluarse, principalmente, en relación a los Principios Universales de la Franc-Masonería, que plantean que es “Una institución universal, fundamentalmente filosófica, destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la paz en la humanidad”.

Se establece además que no es una secta ni un partido político y que la institución está formada por hombres que se dedican a labrar su propio perfeccionamiento, mediante el estudio de la ciencia y la búsqueda permanente de la verdad, la práctica de la virtud y el ejercicio de la filantropía, a fin de ser útiles al progreso moral, intelectual y material de la sociedad.

La Masonería es una institución iniciática, cuya finalidad es esencialmente humanista, ya que pretende el perfeccionamiento del hombre, utilizando una enseñanza gradual basada en símbolos.

El día en que nos iniciamos, hace ya muchos años, el Ritual de iniciación nos decía: “Los obreros de paz que se encuentran congregados en este recinto, vienen a encender su celo, a fortificar su voluntad y a reforzar su perseverancia para dedicarse al cultivo de la virtud y a la adquisición de la verdad”.

Después se nos decía que había que despojarse de cuanto vano y estéril que portábamos, para que no nos fuera opacada la visión que teníamos del mundo y de sus fenómenos.

“Nuestra Orden elige hombres, los educa, los organiza y disciplina; esto es, corrige en ellos, cuanto es posible, los defectos de herencia; los enseña a seleccionar los elementos útiles del ambiente en que se desenvuelven y les indica el rumbo de las evoluciones que han de llevarlos a su destino”. La Orden “purifica al Hombre, se purifica a sí misma por el propio esfuerzo. Purifica por medio del estudio, por el ejercicio de la justicia y por la actividad del trabajo”.

Así quedaban entonces parcialmente condensados los sabios principios de la Orden y  nuestra responsabilidad desde el día mismo de nuestra iniciación. Allí estaban sus  ideas humanistas  y  su doctrina destinadas a que nos dediquemos  al cultivo de la virtud y la adquisición de la verdad.

Con el tiempo, la Masonería nos va inculcando, paso a paso,  los principios con los cuales lentamente  desea modelar nuestra  personalidad y  podamos tener  un mejor conocimiento del mundo que nos rodea hasta que nos llega la hora de un fin material inevitable. La Orden  dice aquí que el hombre, después de muerto, sigue inserto en la naturaleza, contribuyendo a sus ciclos vitales.

La Masonería se ubica a distancia de todos los sistemas religiosos y políticos, porque desea que el Iniciado juzgue las bondades de todas las ideologías con entera libertad. “Investiga, enseña, educa, sin móviles religiosos ni políticos.

Comienza su obra en los hermanos y, por consecuencia, lenta pero eficaz y profunda, la termina en la sociedad profana, prescindiendo de las pasiones e intereses de círculo para inspirarse sólo en altos ideales”.

El mérito de la Orden es formar hermanos capacitados para actuar con éxito en la sociedad profana, sin dar a conocer su calidad de masones, la que le debe ser reconocida por la rectitud y transparencia de sus actuaciones.

El proceso docente de la Masonería es gradual y progresivo y su enseñanza, filosófica y moral, está orientada a la formación de un masón honesto, inquieto, con espíritu crítico y en permanente fortalecimiento espiritual. Bertrand Russel decía que “alcanzar la verdad está negado a los mortales, pero avanzar hacia ella, por etapas, no es imposible”.

Se ha dicho que la ética masónica es el código de moral humana más acabado que se conoce, porque crea en el hombre la conciencia del bien por el bien mismo, llenando el fin de la existencia con amor y fraternidad.

En el Ritual, que es la forma del Rito como conjunto de normas y reglas, y en la Liturgia, que es el contenido filosófico y esotérico del rito, están todos los principios y valores que la Orden enseña gradualmente  a través de su lenguaje simbólico  para el perfeccionamiento iniciático de cada masón.

Para ello es indispensable que cada masón asuma una actitud receptiva y atenta, particularmente cuando se desarrollan, a través de los parlamentos, los actos litúrgicos donde se expresa la Masonería en la plenitud de su fuerza moral. Silencio en Logia es la petición inicial, sencilla y prudente, de un ejercicio de meditación y compromiso con la Orden.

La Masonería pretende, a través del conocimiento, la reflexión y la inteligencia que cada uno de nosotros vaya construyendo su propio templo interior para ponerlo al servicio de la sociedad. La fraternidad como eslabón que agrupa a todos los miembros de la Orden,  es el sentimiento que procura un trabajo común y elevado, es, como dijo James Anderson en 1723, el principio “entre personas honradas y sinceras, que, de otra manera, quedarían eternamente distanciadas”.

Los  viejos aforismos de que “nada se quiere sin haberlo conocido” y que ”nada se conoce sin haberlo querido” sirven hoy para profundizar los deberes del masón en cuanto a velar constantemente por los intereses de la Orden; asistir con regularidad y celo a las tenidas; buscar nuevos miembros en un proceso de selección rigurosa de profanos y, sobre todo, profundizar, cada día más, a través de la instrucción, el conocimiento de la Masonería como una de las instituciones que, por filosofía y principios, es una de las más amplias y fecundas de la sociedad de hoy.

Cuando la sociedad acusa, en todas sus    partes, una elevada incertidumbre principalmente a consecuencia de los agudos desniveles sociales y cuando el desarrollo científico y tecnológico del mundo moderno despliega nuevas exigencias no siempre fáciles de asumir, la Masonería abre con facilidad las puertas del entendimiento y la comprensión para afirmar los valores y avanzar puntualmente con nuestro propio destino.

2.- El Hombre en la  Sociedad Actual

Desde la caída del muro de Berlín, a fines de 1989, el mundo se debate entre el desorden, la incertidumbre y el temor. El término de la Guerra Fría , creada por la Segunda Guerra Mundial con lo cual se dividió el mundo en Este y Oeste;  la Guerra del Golfo Pérsico Enero / Febrero de 1991, ; el fin de Checoslovaquia el 1º de Enero de 1993 cuando nacen las repúblicas Eslovaca y Checa, la disolución del Parlamento de Rusia por el Presidente Boris Yeltsin , el 21 de Septiembre de 1993, la desesperada resistencia de Chechenia y la tragedia que continúa hasta nuestros días en la región africana de los grandes Lagos ….etc…etc.,  hasta llegar a esta Guerra  de los EE.UU. y sus Aliados  en  Irak, revelan la inestabilidad e incertidumbre en que se mueve el mundo de hoy.

Más de 100 millones de personas, por razones políticas y económicas viven fuera de su país de origen, buscando ayuda y solidaridad, compasión y justicia.  Recordemos que la paz está ausente en las tres cuartas partes del planeta.

En Latinoamérica la pobreza afecta a más de 100 millones de menores de 18 años, casi la mitad de la población infantil de la región, lo que representa, a su vez, el 45% del total de los habitantes.

En su último informe sobre América Latina el Banco Mundial señala que la desigualdad  en la región aumenta cada día. Señala por ejemplo que la décima parte de la población latinoamericana con mayores recursos percibe el 48% de los ingresos, mientras que el décimo más pobre obtiene tan sólo el 1,6%. Las proporciones equivalentes en los países industrializados son 29,1% y 2,5%.

Más del 50% de trabajadores en la economía informal está fuera del mercado de bienes y servicios.

Como consecuencia de  esas frustraciones y desaliento de la población cada cierto tiempo aparecen Gobiernos de corte populistas que ofrecen soluciones mágicas las que finalmente dejan  más pobres a los pobres y más ricos a los ricos  .

Frente a un cuadro tan desolador, muchos pueblos se sienten confundidos  fatigados  y desesperanzados.

La crisis de la ideología o su ausencia transitoria, deja al mundo más desprovisto de alternativas  por los cuales pudiera transitar alguna esperanza activa.

La justicia social para millones de desamparados, es una de las tareas prioritarias que no admiten demora  y que deben ser  asumidos como un gran reto inmediato.

La Masonería es la institución que está llamada a ser   portadora de grandes esperanzas e inquietudes que contribuyan a encontrar el camino fraterno, solidario, generoso de una democracia que no sea prédica, sino de persuasión y de justicia, con ello lograremos una sociedad más justa y humana para erradicar la pobreza y miseria en que viven grandes sectores de la población latinoamericana.

Conclusiones                 

1.- La Masonería es un modo de vivir, una ética y un compromiso y se es masón sólo en la medida de vivir esa ética y que ese compromiso se realiza en nosotros. De ahí deriva los que llamamos la Responsabilidad de ser masón.

Responsabilidad frente así mismo, de ser, de actuar, de vivir, de pensar, de sentir dentro  del encuadre amplio y comprensivo que la Orden señala como humano y éticamente correcto.

Responsabilidad frente a los demás, en su acción, en sus costumbres, en su honorabilidad, en su corrección, en la validez de su palabra o en el respeto de sus compromisos, en su integridad.

Responsabilidad frente a la comunidad, a la que debe servir y ayudar con desinterés, con la contribución de su saber, de su cultura, de su experiencia y de su participación en toda obra de bien.

2.- La Francmasonería, como todo organismo vivo, tiene indudablemente sus enemigos exteriores, que entraban y paralizan su acción; pero no busquemos fuera de ella a sus peores enemigos, no seamos indiferente ante el enemigo interno, ese que trabaja junto a nosotros  con entusiasmo y perseverancia pero que sin embargo no ha sido capaz de sacudirse de la triple plaga simbolizada por la Ignorancia, el Fanatismo y la Ambición, ó por el Orgullo, la Envidia y la Vanidad. Sin duda, que estos vicios extienden sus estragos a toda la humanidad. En ocasiones aunque doloroso es conveniente realizar una limpieza interna.

3.- Ya señalábamos que la humanidad  de hoy, pasa por una época confusa y vacilante, violenta e irracional, informada y al mismo tiempo, bárbara e intolerante. Se ha debilitado la moral, se han trastocado los valores, se han anarquizado las costumbres, y el hombre parece perseguir sólo un hedonismo materialista y superficial, el éxito, el triunfo, cualquiera sea  su significación o duración.  La quiebra de aquellos hitos o valores-guías que permitían al hombre de ayer orientarse y trazar con firmeza y confianza los rumbos de su pensamiento y de su conducta, hacen hoy difícil que viva sin dudas ni zozobras.

Como reflexión última sobre la temática planteada, creo que es la docencia, ese todo complejo que incluye conocimientos , creencias, arte, moral, ética, leyes y cualquiera otra aptitud del hombre la que entregará al mundo profano  líderes, que por su conocimiento y formación masónica influirán positivamente sobre un mundo colapsado, intentando establecer el orden en el caos.

M.S. P.

                                                            Caracas,  20 de Febrero del 2004

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