La Libertad

«No es una sustancia primitiva y única como el oro; es una flor, un fruto, es un arte, es un producto, en fin: es preciso cultivarla, para que se abra y madure.

La libertad es el derecho que todos tienen para hacer en beneficio de su interés, de su satisfacción, de su bienestar, de su diversión, de su gloria, todo lo que no perjudique el interés de los demás; es el abandono de una parte de la independencia individual para constituir un fondo de libertad general, en que todos pueden obrar en una misma forma.

La libertad, en fin, es más que todo esto, es la obligación contraída ante todo el mundo de no limitar de nuevo las luces, el progreso, los privilegios de una nación, de una raza; sino al contrario, difundirlas a manos llenas, ya individualmente, ya como sociedad; cada vez que un individuo pobre o una sociedad indigente os solicite, compartid vuestro tesoro con ellos. Y no temáis que ese tesoro se agote, porque la libertad tiene el privilegio divino de multiplicarse con la prodigalidad, como los grandes ríos que riegan la tierra, tan caudalosos en su origen como en su desembocadura».

«Esto es la libertad; un maná celeste al que todos tienen derecho y que el pueblo elegido para recibirlo debe compartir con cualquier otro que reclame su parte.

¡Esa es la libertad!

Tomado de “EL MISTERIO DEL VALLE DE GIZEH” Cáp. IV. LUIS SOTELO REGIL 33° SUPREMO CONSEJO DE MÉXICO.

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