Los Solsticios

Q.·. H.·. Edgar Perramón Quilodrán, M.·. M.·.
R.·. L.·. Lautaro 197. Or.·. de Caracas, Venezuela.

Las Fiestas Solsticiales figuran entre los acontecimientos rituales más importantes de la Masonería.

Astronómicamente, los solsticios corresponden al punto de la elíptica -el círculo máximo del movimiento solar- en que el sol alcanza su máxima declinación (norte o sur), es decir, la máxima o mínima altura sobre el horizonte, la boreal y austral. El primer solsticio, del 21 al 22 de junio, es de verano para el hemisferio norte en que se registra el día más largo del año y la noche más corta, y de invierno para el hemisferio sur, con el día más corto del año.

El segundo solsticio, del 21 al 22 de diciembre, es el de invierno para el hemisferio norte y de verano para el hemisferio sur, con el día más corto y más largo del año, respectivamente.

En esas dos fechas, en que la naturaleza expresa la constante variación de la intensidad solar y genera la marcha de las estaciones, se producen el día más largo, con el simbolismo de la luz y la esperanza con que los masones iluminan su búsqueda de la verdad; y la noche más corta, con el simbolismo del recogimiento y la reflexión.

Casi todos los pueblos de la antigüedad consagraron festividades especiales a las fiestas solsticiales, que llamaron las puertas de las estaciones, y cuya presencia está en sus ritos como un elemento de regeneración.

En los tiempos de la Masonería Operativa medieval, constructora de templos y catedrales, el 24 de junio se identificaba con el día de San Juan Bautista y el 27 de diciembre con el día de San Juan Evangelista. A ambos se les consideró como grandes iniciados, en la Orden de los Esenios: el Bautista anunció la venida y el sacrificio redentor del Maestro Jesús y el Evangelista fue el verbo encendido de su doctrina.

No es extraño, entonces, que las cuatro Logias que constituyeron la Gran Logia de Londres se reunieran el 24 de junio de 1717, el día de San Juan, para elegir al primer Gran Maestro, fecha que señala el nacimiento de la Masonería Simbólica.

La Masonería ve, en los solsticios, no necesariamente una reflexión astronómica, sino una conmemoración esotérica del misterio de la vida y del eterno retorno, del ciclo evolutivo de la naturaleza y de su constante renovación.

Usualmente, las Grandes Logias celebran, en esas fechas, en junio y diciembre, sus más importantes Asambleas anuales en que proyectan y perfeccionan su labor.

BREVE MANUAL MASÓNICO

E.P.Q.

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