Religión y Política

Indudablemente, no podemos hablar de religión y política en forma conjunta, aun cuando a veces existen situaciones en la historia en la cual se entremezclan, pero debemos estar claros que los mismos juegan un papel separado de la vida del hombre ya que involucran uno el terreno de lo divino y el otro de lo terrenal.

Son innumerables veces a través de la historia que religión y política se han enfrentado, y al mismo tiempo, se han conjugado para un interés común. Es el caso por ejemplo de la aceptación del cristianismo por los paganos al final del Imperio Romano del siglo V. Por el contrario, Carlos Marx criticaba y tachaba las religiones como freno para el desarrollo del ser humano.

Religión

El concepto de religión tiene su origen en el término latino “religĭo” y se refiere al credo y a los conocimientos dogmáticos sobre una entidad divina. La religión implica un vínculo entre el hombre y Dios o los dioses; de acuerdo a sus creencias, la persona regirá su comportamiento en la sociedad según una cierta vida moral. La creencia en otra vida o salvación del hombre después de dejar este mundo terrenal es tan antigua como el mismo hombre. Todos los eventos metafísicos desde inicio de la historia eran adjudicados a la presencia o existencia de un poder divino que manipulaba todo hecho sin una explicación valida dando una razón espiritual a nuestra vida.

Tal es la influencia que la religión, independientemente del tipo que sea, ha ejercido en el ser humano a lo largo de los siglos que ello ha traído consigo un amplio número de situaciones y de opiniones que indudablemente a nadie han logrado dejar indiferente.

Para la masonería, siendo uno de sus dogmas más importantes La Libertad permite, acepta y defiende que sus miembros profesen la creencia religiosa que más deseen, siempre y cuando no se afiance el  fanatismo religioso, el cual es una forma de violencia contra los que no promulgan con esa creencia. El fanático religioso se identifica con un individuo de conducta ciega con una religión en particular, lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible, el cual es condenado por la Masonería como una actitud que coarta el espíritu libre del ser humano.

En las Constituciones de Anderson de 1723, que son el texto fundamental de la moderna masonería, leemos: “Hoy se ha creído más oportuno no imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales”.

Un hecho importante de Masonería y del cristianismo ocurrió en el siglo XIX al descubrirse que había masones en el clero de la Iglesia católica. Lo cierto es que los hubo y destacados. Y algunos a principios del siglo XX, constatados, aquí y en otros países.

Manuel Guerram escritor, cita un listado publicado por el historiador Vicente Cárcel en Masones eclesiásticos españoles durante el Trienio liberal (1820-1823). Es una lista de 355 eclesiásticos españoles, de ellos 255 masones en activo y 120 “espontaneados”, o sea que habían abjurado de la masonería.

La lista, elaborada en 1823 por Giacomo Giustiniani, nuncio apostólico en España (1816-1826), fue enviada a Roma en 1844. La Secretaría de Estado de la Santa Sede la entregó al nuncio siguiente con el fin de que ninguno de ellos fuera propuesto para los obispados vacantes. Pertenecían a la mayoría de las diócesis españolas.

Curiosamente a lo antes expuesto, las mayores religiones del mundo como el cristianismo y la musulmana han condenado a la masonería motivado acusaciones  que  suelen ser de ateísmo, de relativismo moral y filosófico, de promover una religión previamente estigmatizada (por ejemplo el judaísmo) y hasta de adoración del Diablo.  Estas condenas están enmarcadas en el más absoluto miedo a ser eclipsadas por un pensamiento terrenal que les haga sombra; que le dé al hombre una visión diferente a la salvación espiritual, sin dejar de objetar una posible salvación divina.

Muchos han tachado incluso a la Masonería de una forma de religión motivada a que existen ritos, ceremonias, creencias comunes, adeptos y lazos entre éstos. Uno de los preceptos más importantes del Mazón es la búsqueda de la verdad sin creer en ningún tipo de dogmas. En la masonería ninguna verdad es indiscutible, ninguna creencia está al abrigo de la duda. La única luz que puede darse al ser humano es la luz masónica, estando la masonería por encima de cualquier religión. Cuando hablamos del Gran Arquitecto del Universo nos referimos a ese constructor de hombres, algunos por su libertad religiosa pueden identificarlo con un dios, pero otros masones lo identifican con una espiritualidad interna u terrenal de descubrirse a sí mismos.

El masón reconoce el mal solamente para hacer el bien en el aspecto terrenal. La moral masónica es defendida bajo los preceptos que se establecen en la sociedad.  El Mazón hace mejores ciudadanos

Política

El termino griego de “politikos”, polis (ciudad) y tikos (ciudadanos). Es decir, lo que relaciona a los ciudadanos con la polis. Se podría definir como el proceso de tomar decisiones para  gobernar  que se aplican a todos los miembros de un grupo de ciudadanos de un estado. Paralelamente podemos decir que la política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos.

Desde las épocas más antiguas de la historia del hombre, incluso antes de la escritura, los habitantes de un territorio u aldea debieron relacionarse y tomar decisiones para mejorar su modo de vida, así como una convivencia pacífica y justa. Para esto, los ciudadanos discutieron, propusieron, formularon y eligieron formas de gobierno ya sea de índole monárquico o dictatorial. Para esto se erigieron cabezas de gobierno que gobernaban los territorios en la forma que les parecía más adecuada.

En el siglo VI antes de cristo nace en Grecia lo que hasta el día de hoy se conoce como el sistema de gobierno llamado Democracia. La misma utiliza la política para elegir cada cierto tiempo los gobernantes que han de tomar las decisiones de estado. Es hasta el día de hoy que se intenta establecer como el mejor modo de desarrollar política en un estado moderno mediante la democracia, ya que la misma permite que la política se desarrolle libremente y sus ciudadanos puedan expresar su pensamiento y opinión política sin limitaciones.

Ahora bien, La política ha jugado un papel trascendental dentro de la masonería, o mejor dicho los masones han establecido una actividad historia sin precedente desde el nacimiento de la Masonería especulativa. Aun cuando se evita y se prohíbe debates de opiniones políticas o religiosas en Logia, un masón, puede, por tanto, tener la ideología política que más le convenga o le agrade, siempre que esta opción política sea defensora de los derechos humanos y de la democracia.  Fuera de Logia ha sido una praxis no solo común entre los masones intervenir en política, sino que además ha producido grandes dirigentes entre sus miembros. Incluso grandes estados modernos, industrializados y desarrollados son producto de políticos masones. Estados Unidos de América o varios países latinoamericanos nacieron de ideas libertarias de independencia desarrolladas por masones que culminaron no solo con cambios políticos, sino que además de formas de pensar más libertarias, fraternales e igualitarias.

Las constituciones que se establecieron inicialmente al culminar las guerras de independencia son formulaciones de principios puramente masónicos nacidos a la par del espíritu de la Revolución francesa. Indudablemente, la masonería se enriqueció de sus miembros dándole una fuerza de organización social sin precedente en la era moderna. A mi parecer esta es la causa de ser condenada en forma tan dura por otras organizaciones como las religiosas que ven un contrincante político que se mueve en forma más natural dentro de la política, y sobre todo más eficiente en la defensa de logros sociales más adecuados para la población. Incluso han llevado a acusar a la masonería de ser una especie de lobby político, nada más lejos de la realidad dado que la masonería no es en sí misma una asociación política en el sentido restringido partidista, sino que sus miembros individualmente se establecen en la sociedad empujando ideas políticas de desarrollo social.

La historiografía contemporánea se ha replanteado el papel desempeñado por las logias masónicas durante el siglo XIX caracterizándolas como sociedades de ideas, como modelos asociativos definidos por formas contractuales modernas vinculadas a redes de sociabilidad y de poder.

Es un momento de hace un alto y establecer un alcance importante en este trabajo a fin de no confundir: El poder político y económico no es objetivo de la masonería. El concepto de poder, lo suelen basar en individualidades, realizando listas de políticos, empresarios y otras dedicaciones a fin de intentar una convergencia.

Hoy vemos que en política actual que la participación del masón en política dentro de la sociedad no es solamente una actividad normal o de la mera casualidad, es casi obligatoria de cada miembro. Esto se explica en establecer principios del masón y preguntarnos ¿resulta procedente prohibir a los masones tratar en logia asuntos relacionados al estado de la educación, la salud, asistencia social, el desempleo o las dificultades económicas por las que atraviesan los propios masones como parte que son de la nación? Condenar y denunciar violaciones a los derechos humanos, aspecto por el cual la Masonería, se define como la Institución Orgánica de la Moralidad, y que tiene la obligación y el derecho de velar.

El éxito o desarrollo del masón involucrado en política no es extraño ya que las prácticas relacionales que se establecieron dentro de las numerosas asociaciones masónicas fueron consideradas por los diferentes gobiernos de turno, y por gran parte de la sociedad, como baluarte de “civilización” debido a que dentro de ellas se construían lazos de pertenencia y solidaridad, representación y defensa de intereses sectoriales, desarrollo de actividades recreativas, festivas y culturales; y al mismo tiempo como espacios propicios para el diálogo, la sociabilidad, la opinión, el intercambio y la igualdad entre pares independientemente de la profesión, oficio o estatus social. De ese modo, formaron parte de la sociedad civil como un entramado de redes y prácticas sociales civilizatorias que compartieron con el resto de las asociaciones características como la organización a partir de prácticas igualitarias, nociones de individuo moderno, desarrollo de lazos asociacionistas específicos, manejo interno democrático y el uso del espacio de la prensa escrita como medio de expresión, considerándoselas muy importantes en la vida y opinión pública a nivel local, provincial y nacional.

Conclusiones

La masonería consiguió influir en la dirección de la sociedad durante todo el siglo XIX, apropiándose de espacios que fueron más allá de las tenidas en el templo mediante la política, la opinión pública, la cultura, la beneficencia, entre otros. Por lo que hemos visto, la masonería pieza fundamental del desarrollo de ideas ha cambiado en un momento histórico, y lo sigue haciendo, la faz política de las naciones occidentales. Es una herramienta fundamental de defensa y denuncia de hechos que violen los preceptos democráticos tanto políticos como culturales, morales y, por qué no decirlo, también defensora de la libertad religiosa de cada ciudadano.

S:.F:.U:.

Bibliografia

Política, sociedad y masonería Internet

La influencia de la masonería en la conformación política de la nación independiente internet

Masonería, religión y política -Manuel Guerra Gómez, de Villamartín de Sotoscueva

Q.·. H.·. PABLO RAMIREZ Apr.·. M.·.

Or:. de Caracas, 24 de Agosto de 2019 (e:. v:.)

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