INTRODUCCION
La Democracia, propugna el concepto do la soberanía popular, es decir, el derecho del pueblo todo a gobernarse por sí mismo, con fines que representan el interés de todo et pueblo. Esto en contraposición al “Poder Divino” que decían encarnar y ejercer los monarcas de tiempos pasados, o a la “Predestinación que Invocan ciertas doctrinas en favor de minorías selectas.
La Democracia presupone la igualdad de los nombres y su derecho igualitario a ejercerlo sin ningún distingo. Más que un programa de gobierno, la democracia es una filosofía política que se caracteriza por su elasticidad, por su flexibilidad, por lo tanto, es totalmente perfectible.
Estos derechos están claramente enunciados en las palabras pronunciadas durante la Revolución francesa, “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, como en las frases de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. “todos los hombres nacen iguales; que a todo8 les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales están, la vida, la libertad y la consecución de la felicidad.
ANTECEDENTES HISTORICOS
La palabra Democracia, proviene de los vocablos griegos.
Demos: Pueblo y Kratos. Autoridad o Gobierno.
Cuando fa palabra Democracia apareció en Grecia, designaba más una concepción política defendida por un partido, que un determinado tipo de organización del estado; esto sucedió cuando el partido “democrático” se opuso al partido “aristocrático” en el poder, es decir a la concentración del poder en las grandes familias.
Las reducidas dimensiones y la débil población de las ciudades griegas, y la escasa proporción de los habitantes que formaban el “pueblo”, explican la posibilidad de una democracia directa, es decir. la existencia de una asamblea del pueblo de la que formaban parte todos los ciudadanos.
Por otra parte, el “pueblo” tal como lo concebían los griegos, no comprendía el conjunto de la población, ni siquiera la totalidad de los hombres adultos: el pueblo era el conjunto de ciudadanos; noción eminentemente restrictiva, de la que quedaban excluidos los esclavos, los extranjeros (metecos) y los que eran asimilados a estos, por ejemplo, los habitantes que soto contaban con el padre o la madre ciudadanos.
De todo esto se deduce que, de derecho, no existían diferencias entre el sistema ateniense, corrientemente considerado como el prototipo de régimen democrático, y el Sistema espartano, denunciado ya por los propios atenienses corno aristocrático. Para distinguir la democracia de otro régimen político debemos tener en cuenta, ya desde la antigüedad, no solo las formas de gobierno, sino también el espíritu que preside su funcionamiento y la evolución del cuerpo de ciudadanos.
De un régimen aristocrático se pasó, con el legislador Solón a una moderada timocracia (división de ciases en función de la renta o productividad económica del individuo). En el siglo de oro de Penoles la democracia alcanza sus manifestaciones más logradas. En las asambleas populares, la acción directa del pueblo, es concebible dentro de las dimensiones geográficas de los Estado-Ciudad de ese tiempo.
Entre los grandes filósofos clásicos, Platón, admitía la división de clases, asignando a los mejores: los sabios; las funciones de gobierno, y las tareas manuales a los menos capaces y menos educados. Las relaciones entre las clases, en todo caso, doblan estar inspiradas en principios de justicia y respeto mutuo.
Aristóteles, más que formular el sueño de un Estado ideal, se ocupa de los problemas prácticos de la política
Atenas fue una ciudad democrática porque siempre estuvo abierta, porque su cuerpo cívico no se esclerotizó, también lo fue porque el pueblo ateniense, no fue opresor de los no ciudadanos que le rodeaban.
Esparta fue una ciudad aristocrática porque su sistema se cerró sobre sí mismo, “su pueblo” se convirtió en una verdadera aristocracia, hasta el punto de hacer causa común con los partidos aristocráticos de las otras ciudades.
Roma nunca gozó de la Democracia de tipo ateniense, pero es inexacto definirla como una república aristocrática. Es cierta que la caída de la monarquía etrusca, condujo al poder “al pueblo”, es decir, al conjunto de las gentes romanas, por oposición al resto de la población formada por no ciudadanos. Por lo tanto, nos encontramos con una democracia de principio. Pero la extensión de Roma y del número de individuos que poblaron su territorio convirtió a estas gentes en una aristocracia frente a la plebe, esta adquirió progresivamente La igualdad de derechos. Además, se asistió a una carrera entre la expansión de la Urbe en los límites del Orbe y la extensión de la ciudadanía romana en los mismos límites. Fuese cual fuere el régimen, republicano o imperial, siempre se habló de “Senatus Populus Que Romanus, que se suponía gobernaba Roma y el mundo. Pero en dos etapas sucesivas, las reglas institucionales vaciaron de contenido esta pretendida democracia…
Los pensadores griegos, Panecio (filósofo estoico) y Polibio (historiador), introducen en Roma conceptos “humanitarios” que influyen profundamente en las ideas de los estoicos latinos y a través de ellos en la concepción política romana de la sociedad y del estado.
La unidad de la raza humana, la igualdad entre los hombres y por ende fa justicia en el estado, el igual valor entre el hombre y la mujer, el respeto por los derechos de las esposas y los hijos, la benevolencia, el amor, la pureza en la familia, la tolerancia y la caridad hacia nuestros semejantes, la humanidad en todos los casos aún en la terrible necesidad de castigar a los criminales con la muerte.
El concepto de la “Ley natural” que se funda en el “Orden divino” que rige el universo y en la “recta razón” y la “naturaleza social” del hombre, hace también un aporte sustancial al desarrollo de ideas afines al esquema democrático que se materializan en disposiciones gubernamentales como el “Edicto de Caracalla” por el cual en el año 212 d.c. se reconoce la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio.
Luego viene el cristianismo que mina desde las catacumbas la arquitectura de la Roma imperial y levanta en cambio el edificio de una nueva ética basada en la igualdad de los hombres ante Dios, del desprendimiento de los bienes terrenales, del amor al prójimo y de la caridad. He aquí una contribución indirecta al desarrollo de la filosofía democrática.
Sin embargo, cuando sobre los escombros de Roma se levanta los castillos feudales, el cristianismo, que pudo ejercer una influencia democratizante definitiva “queda demasiado envuelta en los intereses del poder temporal” y pierde contacto con la gleba. la tierra, donde trabajan y sufren los siervos, también hijos de Dios. En el seno de las corporaciones de constructores, o gremios se practicaban formas rudimentarias de democracia, ya que, si bien existían las categorías claramente diferenciadas de Aprendiz, Oficial y Maestro, esas categorías no eran infranqueables; podía pasarse de una otra. Y gracias al fuero particular que los gremios disfrutaban en algunas partes de Europa, administraban justicia igualitaria entre sus miembros y cuidaban de sus Intereses con miras al bienestar general.
Las Democracias Urbanas en la edad media
De los siglos de las invasiones, y de los regímenes monárquicos y feudales, basados en la posesión de la tierra, que se extiende desde el siglo V hasta el siglo XIII y XIV; se desarrollaron, a lo largo de la edad media, las ciudades comerciales de Pandes, Italia y otras, la semejanza de su marco urbano con la ciudad antigua, condujeron a sus dirigentes a utilizar de nuevo el vocabulario democrático antiguo (“pueblo, asambleas del pueblo, etc.”), de modo que estas ciudades, a veces, han recibido el nombre de democracias urbanas, en todo caso, estas ciudades, tuvieron siempre un régimen aristocrático, “patricio”. El “pueblo” se limitaba a los miembros de los principales Oficios de la ciudad, o sea que estaba constituido por los burgueses más ricos. A veces alguna conmoción conducía al poder a los oficios más humildes, pero se mantenían poco tiempo en esa situación, y esto a costa de comportarse a su vez como aristócratas frente a los más humildes que ellos.
Democracias Modernas (del mundo occidental)
¿De cualquier manera, los avances de las ideas o hechos democráticos siempre fueron y son impulsados por vanguardias y o agrupaciones políticas?
Abro un paréntesis: para expresar la tristeza que muchos sentimos cuando aventureros como Fuji-Yama, plantean el fin de la historia y de las ideologías. Para muestra un botón, muy mala muestra, por cierto, si el neoliberalismo no es la ideología de la explotación, de la miseria y del genocidio de miles de niños, de la condena de cientos de miles de personas a buscar su comida en los basureros de las ciudades en nuestros países del tercer mundo.
Queridos Hermanos; entonces ¿de qué fin de la historia estamos hablando?
Asumimos el desprestigio en que han caído las agrupaciones políticas, pero no es menos cierto que ello se debe a las debilidades de algunos de sus líderes y al modelo que rige al mundo, que los acosa con prebendas de todo orden no éticas, por decir lo menos.
Sin lugar a dudas cada uno de estos avances y o logros democráticos fue alcanzado tras las luchas de las mayorías oprimidas en contra de estas minorías detentadoras del poder. Cierro el paréntesis.
La identificación o definición ideológica de un esquema político depende de las características que asume la interdependencia de tres factores: el individuo, la colectividad y el Estado.
El remoto origen de esa interdependencia reside en el hecho de que, al despuntar la aurora de su existencia sobre el planeta, el hombre, “el animal político” de que hablara Aristóteles. encontró indispensable y provechoso asociarse con sus semejantes para hacer frente a la lucha por la vida.
Es difícil imaginar ningún espíritu democrático en las sociedades primitivas en Las que el miedo. la superstición y la fuerza eran los tres pilares sobre los que se asentaba el poder, y en las cuales ese Poder se trasmitía, cuando moría el jefe, al individuo que por la fuerza podía tomarlo, o al heredero del caudillo. Esto último entendido de que el espíritu del caudillo sobrevivía en su descendiente. De allí nace el derecho hereditario en que se fundan después las monarquías que, por extensión, dan nacimiento al sistema de castas de sangre.
He ahí el “derecho divino” de los reyes elaborado y perfeccionado a través de la Edad Media y prolongado hasta bien entrada la moderna. Hoy mismo, la coronación de los pocos monarcas que quedan va acompañada de ceremonias reminiscentes de los viejos ritos tribales en los que el mago-sacerdote ungía al jefe de la tribu, confirmando así la condición de este de depositario del “divino” atributo del poder.
Sin lugar a dudas todo este lapso histórico no puede ofrecer antecedente alguno a la democracia.
Es en Grecia y concretamente en Atenas, donde se enuncian y se ponen en práctica las primeras nociones y formas de vida democrática.
Para continuar debemos hacer una aclaración semántica. En la terminología contemporánea, hay dos liberalismos que, no obstante, su origen común puede representar posiciones antagónicas. El primero es que designa a la filosofía política de la libertad, del progreso intelectual y ruptura de las cadenas que inmovilizan el pensamiento. En este sentido, liberalismo significa actitud de renovación y avance. El segundo es, concretamente, el liberalismo económico nacido en el siglo XVIII (cuando daban sus pasos iniciales el industrialismo maquinista y el capitalismo)
De la filosofía liberal, dice el profesor Sabine:
Puede tomarse el liberalismo, con amplia justificación histórica, como la culminación contemporánea de toda la tradición política occidental, En este sentido, liberalismo sería igual, en su significado, a lo que en el uso político popular se llama generalmente “democracia”. Fin de la cita.
Primeros hechos en la conformación de la democracia moderna:
En el año 1215, Condes y Varones obligan al Rey Juan sin Tierra a firmar la Carta Magna, primera forma de constitución política que se tiene conocimiento en el mundo.
El Habeas Corpus (1628) extraordinaria conquista jurídica que hasta hoy constituye el último recurso contra la tiranía y el exceso de autoridad.
Con la deposición de Jacobo por Guillermo III de Orange, se produjo una verdadera revolución en las instituciones políticas inglesas. (1688-1689)
En el parlamento inglés, madre de las instituciones democráticas británicas, y modelo parlamentario para el mundo entero, a lo largo de más de un siglo, fue restando poder a la aristocracia de sangre (Cámara de los Lores) para dar poder cada vez mayor a la Cámara de los Comunes, esta elegida por el pueblo, sin distinción de clases.
Debemos reseñar el gran progreso de Roma en materia jurídica, esta aporta elementos doctrinales muy valiosos al desarrollo de la democracia, entre ellos el concepto de la igualdad ante la ley y el de la representación o delegación de poder. No olvidemos que “El derecho romano es todavía fundamento de gran parte de las legislaciones contemporáneas”.
Cimientos definitivos para la democracia moderna los dieron John Locke en la segunda mitad del siglo XVII y posteriormente Juan Jacobo Rousseau en virtud de la concreción que dieron al concepto del “contrato social”. Obra en que Rousseau sostiene que, la autoridad del Estado y la fuerza de Las leyes no pueden tener otro origen intelectual y moralmente válido que la voluntad del pueblo: que el gobernante no es sino un mandatario de la soberanía popular; y que la forma ideal de gobierno es la República.
Decíamos que Democracia es una filosofía política; en efecto no prescribe determinada forma orgánica de gobierno, y se la puede practicar dentro de regímenes político administrativos tan diferentes entre sí como el republicano, el parlamentario, el colegiado o las monarquías británica, sueca, holandesa y noruega, para citar algunas.
Existen hoy en día las “democracias populares” en que los trabajadores tienen acceso libre y directo al control del gobierno. En estas, se exalta el concepto de que la igualdad en los órdenes jurídico y político no tienen valor práctico si no está fundada en la igualdad económica”.
En la Venezuela de hoy
En medio de tal flexibilidad hay ciertos requisitos que, cumplidos dan sello de autenticidad a un régimen democrático:
a.- EI sufragio o voto popular a través del que se expresa la voluntad del pueblo. Los requisitos esenciales del voto son la libertad y el secreto, para eliminar toda posibilidad de coacción o corrupción.
b.- Un estatuto constitucional, o cuerpo fundamental de leyes, que establece y limita los derechos y atribuciones del individuo y del Estado, y las relaciones del uno con el otro, a fin de evitar el abuso de la libertad por parte de los individuos y el exceso de autoridad de los gobernantes.
c.- La división de poderes dentro del Estado. Legislativo, Ejecutivo y Judicial
d.- La adopción y vigencia de principios fundamentales establecidos en una constitución y leyes secundarias destinadas a garantizar la vida, la igualdad, la libertad de pensamiento, de culto, de expresión, de petición, de reunión, de tránsito, etc.
A partir del Renacimiento y hasta el siglo XVIII la historia de la democracia se confunde con el liberalismo, dado que este, revalidador de la razón, la libertad y la dignidad del ser humano fue por excelencia el encargado de sentar las bases filosófico políticas de lo sería la democracia moderna.
En cuanto al “Contrato Social” como base de la sociedad, Rousseau dice que solamente “el acuerdo y el consentimiento colectivo pueden justificar la convivencia social, por una parte, y la autoridad del gobierno, por otra. El contrato social significa que «cada cual, dándose a todos no se da a nadie en particular y como no hay ningún asociado sobre el cual no adquirimos los mismos derechos que concedemos sobre nosotros mismos, resulta que adquiramos a nuestra vez el equivalente de todo lo que perdemos, y más fuerza y poder para preservar lo que tenemos.
No cabe duda, que las ideas desarrolladas por los “Enciclopedistas franceses” uno de los cuales fue el propio Rousseau, junto a Diderot, Montesquieu, Voltaire, D´Lambert y otros; son parte de la plataforma ideológica que sirvió como sustentación para la Revolución francesa y norteamericana, así como para las luchas independentistas de América Latina.
En el siglo XIX, se definen inconfundiblemente los fenómenos políticos comunismo marxista y democracia liberal.
El nacimiento de la clase media: El vacío que separaba a la aristocracia de la gleba de la Edad Media o del incipiente proletariado que incubaron las fábricas de la Revolución industrial fue ocupado por este nuevo grupo social que se apoderó paulatinamente de los instrumentos de producción, creando y manejando el capital. La aristocracia, ligada a la tierra, no trabajaba. El trabajar era indigno de ella. Por otra parte, la tierra perdía su papel preponderante como fuente de riqueza. La burguesía empezó a prestar dinero y a hipotecar a los nobles; luego compró títulos nobiliarios y, cuando la nobleza resultó un obstáculo para la expansión incontenible de sus planes, la eliminó políticamente.
La democracia y el liberalismo económico, fueron las armas hechas a la medida, para esta clase media, dado que le abrían los horizontes del poder político sin limitaciones de clase, y los caminos de la fortuna sin las vallas del privilegio de sangre.
¿La revolución de los EE.UU. de Norte América y la revolución francesa, fueron fenómenos típicos de esa subversión de la clase media?
En Estados Unidos, sirvió para terminar con las trabas económicas impuestas por la metrópolis (Inglaterra).
En Francia, el largo preparativo filosófico y económico del liberalismo culminó con la conquista, en las calles de París, del derecho del hombre a pensar y a enriquecerse. Se decapitó, para ello, a una nobleza decadente, estéril y ciega, que apenas logró hacer acopio de fuerzas para morir con dignidad. Los desarrapados, que lucharen denodadamente por la revolución no vivieron lo suficiente para saber que aquella revolución no era realmente la suya.
Cualquier semejanza con la independencia de nuestra América latina, es pura coincidencia.
En todo caso, las guerras libertarias de América Latina, en los siglos XVIII y XIX, y el laborioso proceso que, desde entonces hasta hoy, el individuo sigue buscando en todo el mundo, la reafirmación de sus derechos, y el pueblo el ejercido de su soberanía.
Recordemos. que la democracia imbuida de la doctrina liberal, nohabía tocado el aspecto económico, en el entendido que cuando menos intrusiones se crearan en el Libre juego de las llamadas leyes naturales del mercado, mayores probabilidades tendría el individuo de alcanzar su bienestar.
El tiempo se encargó de demostrar que aquella no era una verdad absoluta. El capitalismo liberal no siempre lleva al hombre a las playas de la abundancia. Frecuentemente, muy frecuentemente lo ahoga en el violento flujo y reflujo de la prosperidad y la crisis; y Lo ahoga, además, masivamente.
CONCLUSIONES
A mi juicio, debemos dividir en dos épocas el tiempo de las ideas de Democracia. –
Un primer tiempo que abarca desde la aparición de estas ideas, hasta lo que hemos llamado, época moderna.
En el primer lapso de tiempo, la preocupación fue de acceder y participar en las decisiones que tomaba una o un grupo de personas.
En esta época moderna se agrega el ingrediente económico, con todas las variables que ello conlleva, tales como; propiedad de los medios de producción, concentración de la riqueza, explotación de la mano de obra, monopolios, horas de trabajo.
Para revertir en alguna medida la explotación, los trabajadores se agrupan y organizan en Sindicatos, Mutuales y otros.
Si bien es cierto, en Europa y EE.UU. la lucha por reivindicaciones fue con víctimas mortales, es en los países del tercer mundo o países subdesarrollados, eufemísticamente llamados países de economías emergentes donde la Democracia ha sido pisoteada una y muchas veces y en donde a los pueblos cada migaja de esa Democracia le ha costado miles de heridos, muertos y torturados a manos de los testaferros de los grupos de poder y que a su vez; estos grupos de poder ó bloques económicos son marionetas del verdadero poder, el capitalismo. Sumando ahora el poder imperial omnímodo.
Claro está que, en alguna ocasión el pueblo, en la persona de un líder, ha accedido a una pequeña parte del poder, vale decir al gobierno, pero las prebendas, presiones del gran capital, posibilidades de perpetuarse en ese pequeño poder, etc, han echado por tierra este sueño de más Democracia. Exceptuando contados, auténticos y genuinos demócratas y que han pagado con su vida la osadía de querer favorecer a los que no tienen nada.
La Democracia será Democracia, solo y cuando brinde a cada uno de los individuos el resguardo de sus derechos y opciones reales, para la realización de sus anhelos, brindando protección efectiva a sus libertades.
En contraposición a lo antes expresado, vemos con preocupación como el modelo neoliberal está estrechando el campo de acción de la democracia. Esto se aprecia claramente en el accionar de los grandes capitales, cuando en sus alianzas monopólicas especulan en los mercados y destruyen las economías de los países más débiles, trayendo como primera consecuencia el aumento de la cesantía y miseria de los menos protegidos.
La Hermandad Masónica, a través de sus miembros, desde las corporaciones de constructores, guerras independentistas, conducción de agrupaciones políticas y naciones, participación en los parlamentos, altos estudios de todo orden, etc. ha estado presente en cada uno de los capítulos de la lucha por la democracia y la libertad. En la hora presente no debemos desmayar y continuar, asumiendo el ejemplo de todos esos hermanos. Lo contrario sería negar, los principios, tradiciones e historia de la hermandad a que pertenecernos.
Q:. H:. Adriel Seguel