Se puede definir la discreción como la capacidad de crear un juicio sensato sobre alguna persona o situación. De igual manera se trata de la discreción, aquella característica que nos permite tener tacto a la hora de hablar de los demás.
En muchos casos la discreción debe ser cultivada de manera recíproca, aunque esto no sea una condición sine qua non. La costumbre de hablar más de la cuenta, por lo general pone en riesgo la reputación de la persona que lo hace.